"Psique" y "Disyuntiva", de Olivia Guarneros.

Psique


Me miro en el espejo:

a veces pienso que dolor es un revólver 

y desea disparar 

una bala en mi cabeza.

Entonces me embriago con una luna muerta:

transmuto en licántropa para ultimar el dolor

si una bala de plata 

estalla entre las cejas.

Observo mi reflejo:

no me reconozco.

No sé si los otros pueden verla;

pero la que aparece ahí es otra yo. 

Su mirada hiede a homicida serial,

los ojos develan a una loca insomne:

abre la bocaza y revisa uno a uno 

los incisivos,

los caninos,

los molares.

Inquiere apenas:

“¿Dónde estás, dolor?”.

Maquina un plan con los labios contraídos 

en las comisuras resecas;

quiere abrirse la cabeza en dos:

extraer en pedacitos a la infame Atenea

que perfora

milímetro a milímetro

la sesera.

No es la diosa quien tortura:

un brutal Hefestos se divierte 

al martillar

u n a   a   u n a

cada célula en la testa.


Apenas puedo mirarme al espejo:

esta 

n o   s o y   y o


Disyuntiva


A veces me despierto con un destello entre los ojos.

El parietal derecho parpadea

y me anuncia tu llegada.

Un hueco en el estómago se abre

borbotea ríos de pavor

y fe en una certeza:

hoy soy tu casa

tu hogar.

No te irás tan fácil,

por más que invoque a los cielos 

o trate de paliar tus efectos con el elixir a mano:

ibuprofeno de 800 mg.

o dolac sublingual de 30 cada 6 horas.

En los días más oscuros:

ketorolaco intramuscular

o una mezcla con metamizol

vía intravenosa, como hace tanto…


Rememoro los preparativos para las fiestas.

La disyuntiva constante de pelear o no

de negociar:

¿hoy toca en la casa de sus padres o de los míos?

Quizá por eso, “te apareciste de la nada”.

Llegué al hospital poseída por una neblina mental

o el anhelo de un disparo en la sien

que terminara contigo para siempre.

24 horas después,

abandonaba la sala de urgencias como una zombi

me movía entre penumbras

o caminaba a tientas como si pisara cristales.

 

Sé, que aunque tu intensidad ha decaído,

el día de hoy tendré que lidiar 

con el laburo

y el tráfico tan común de la hora pico:

aferrarme al volante, 

fingir que todo está bien

que duele menos

que es más ligero tu espanto.

Me miro en el retrovisor 

y encuentro la mirada contraída  

un ojo pulsa

e intento aminorar

su danza primigenia.

Las compañeras de trabajo 

me preguntan si todo va bien

o acaso estoy enferma.

Respondo que apareció, una vez más, 

el insomnio,

sólo es falta de sueño:

somnolencia.


Entro al salón de clases 

y un avispero con un zumbido estridente

me recibe.

Trato de mantener la calma 

de apretar los dientes 

de tensar los músculos.

de que Dolor no termine de transformar mi rostro.

y les revele a todos 

una de las tantas caras de la muerte.


Tengo de dos:

rendirme a tu poder 

o como otras veces en mi andar:

resistir

resistir

r e s i s t i r 



Olivia Guarneros

(1978, Puebla) Ganó el concurso “Mujeres en vida” (2017), el “Primer Concurso de Cuento Iberoamericano Fundación Elena Poniatowska-Ventosa Arrufat” (2020); el “Quinto Concurso de Cuento Corto” Escritoras MX (2022), así como la Convocatoria Periodico Poético Plaquette de Cuentos 2024. Fue Mención Honorífica en el “Séptimo Premio de Periodismo Gonzo” (2021) y en el “Concurso de Cuento de Ciencia Ficción” del “Tercer Festival Semillas” UACM (2022). Fue finalista del Premio Nacional de Minificción “Queta Navagómez 2024”; así como del “Concurso de Microrrelatos Pulir Huesos” del mismo año. Compiladora de Caleidoscopio. Antología de minificcionistas poblanas (Ficción Express, 2023). Sus textos han aparecido en diversas antologías, así como en revistas impresas y digitales. Obtuvo el PECDA en Cuento (2020) y (2024), ha cursado dos Diplomados de Creación Literaria del INBAL y fue jurado y tutora del PECDA Sonora 2023 en la Disciplina de Literatura.


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