"MIEDO", de Karen Itzel Gabriel Froylán

I 

Cuando nací se inventó el miedo

 

Tal vez el miedo emergió como fuente en el vientre de mi madre.

Yo era enfermedad, yo era el miedo de tener una hija como yo,

enfermedad tan diferente a ella.

Tenía tanto miedo que éste viajó y se introdujo en mi ombligo,

como los murciélagos se introducen en sus cuevas,

como los hilos en las agujas, como el LDL en las arterias de mi madre.

 

Y así se fueron tejiendo mis miedos.

 

Hoy, el miedo al abandono.

Mañana, ayer también.

De niña, el día que, al llegar de la escuela, nadie abrió la puerta de mi casa

y me creí sola y equivocada no estaba,

y tengo cerradas las puertas y equivocada no estaba.

 

Porque aún mi cuerpo se ondula cuando se van, cuando me voy de mi cuerpa.

 

Disfruto la soledad cuando la elijo,

cuando la imponen me rompo, respiro desesperadamente.

“No quiero verte, ni escucharte, desaparece de mi vista” la voz femenina encarna en la masculina.

 

Si no me ven, si no me escuchan, no existo.

¿quién me metió esa mierda? ¿quién?

 

II

El miedo es un murciélago devorado por mariposas

 

Se duermen las manos,

la ansiedad toma forma,

es un maldito murciélago que vuela en las penumbras,

las puntas del cabello: aguijones de alacrán.

Dos manos en mi cuello,

disecada estoy en las paredes de la cobardía.

 

Abro los ojos, horas de llanto no son suficientes para liberarme.

El abrazo mariposa aletea en mi pecho,

cinco minutos más, que me sostengan estas alas.

 

“Esas técnicas no funcionarán contigo” escucho en mi cabeza,

pero el aleteo sigue en mi pecho.

 

Abrazo mi miedo, es válido, es válido abrazar con mis alas al fantasma.

 

III

Saboreando el miedo, emprendiendo el vuelo

 

Escondida detrás de la infancia,

escondida estoy,

nuevamente donde él no me ve, escondida.

Antes de que llegue huelo,

devoro ese dulce de tamarindo que tanto me gustaba.

El aleteo sigue en mi pecho,

cinco minutos más,

cinco minutos más.

Inhalando, soplando, descendiendo con mi paracaídas,

respirando sola, sola, pero con mis manos mariposa.



Karen Itzel Gabriel Froylán

Originaria de Capacho, Mich., estudió Letras. Escritora, docente, oradora y declamadora, tiene un poemario que lleva por nombre Jaula de Espejos, publicado por Secum. Ha colaborado en el Ebook Club de escritura. Eliminación de la violencia contra las mujeres de Olascoaga, en la antología El tejido de la mujer araña. Maternidades disidentes publicado por Mapa de escritoras mexicanas contemporáneas; en la revista literaria “El humo” y ahora en “Sonámbula”.  



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