"Madrugada 2.0", de Azucena Azul

Te despierta un grito en la calle proveniente de alguno de los edificios circundantes. No fue muy lejos. Miras la pantalla de tu teléfono, la 1:30 am. e intentas volver a dormir; en un par de horas tendrás que levantarte para ir a trabajar. Cierras los ojos, la luz que se cuela por las cortinas te molesta. Das vueltas en la cama mas las sábanas insisten en reptar por tu cuerpo. Te adormeces. Otro grito, esta vez más lejano, te ha despertado del todo. Molesta decides buscar algo en tu celular que pueda entretenerte hasta que te de sueño, tal vez un video o memes, pero todo es información alarmante acerca de la increíble cantidad de infectados por culpa del prión somnus sed vigilae. ¡Es lo que menos necesitas ahora!

Los priones son los agentes causantes de un grupo de patologías neurodegenerativas letales características de mamíferos, también conocidas como encefalopatías espongiformes transmisibles. Estos agentes son capaces de propagarse dentro de un mismo huésped causando una lesión espongiótica en el cerebro y de transmitirse de huésped a huésped.                                                           

Intentas distraerte contemplando las sombras que se entrelazan con los muebles: tu escritorio se ha encogido hasta parecer una anciana deforme y agazapada, las cortinas serpentean sensualmente hasta envolver la silla donde tu ropa espera, incluso tu cama se agranda y se achica; es realmente siniestro. Desde su poster el árbol de la noche estrellada de Gogh se agita al igual que los brazos de tu candelabro, llevando el ritmo de un viento ululante que se estrella contra tu ventana de la tercera planta. Una corriente de aire frío atraviesa los cristales haciéndote tiritar.                                                             

Con extrañeza escuchas unos ligeros rasguños provenientes de tu clóset y observas. La madera pulida da la apariencia de ser un largo túnel en cuyo fondo se ve un paisaje iluminado por la luz de un atardecer. Figuras vestidas con túnicas obscuras te dan la espalda, elevan sus manos; la tela resbala dejando ver unos brazos anormalmente largos coronados en garras. Uno de ellos voltea y advierte a los demás acerca de tu presencia. Trastabillas tratando de alejarte. De alguna manera eres consciente que no pueden traspasar la madera, aunque no es algo seguro. Logras llegar al apagador; al asirlo te quema la mano, mas lograste encender la luz.   

Así, se denomina prión a la forma alterada de una proteína celular funcional (PrP en mamíferos) que perdió su función usual pero que ha adquirido la capacidad de transformar la forma normal en patológica. Este agente no causa reacciones inflamatorias e inmunitarias detectables, ni se ha observado al microscopio óptico y electrónico. No se dispone de pruebas de detección en seres vivos, salvo el estudio patológico.

Dentro de tu espejo, las partículas de polvo giran y giran hasta definirse una forma humanoide cuyo cuerpo esbelto sale del espejo, aumentando de tamaño hasta tocar el techo con su cabeza. Sus ojos amarillentos te miran juguetonamente mientras se sienta a tu lado en la cama. Te hipnotiza, sientes una gran presión en tu pecho. El corazón palpita a punto de escapar y te martillea el cerebro. Cada vez te es más difícil respirar. Boqueas intentando que el aire entre a tus pulmones. De pronto te levanta en vilo con sus manazas y te deja caer sobre tu colchón. Por fin sale de tu pecho un aullido, largamente reprimido.

Otro tema que permanece sin respuesta es el mecanismo por el cual el prión incrementa su número dentro de un individuo infectado, como claramente ocurre, y además posea genética propiedades que se confería únicamente al ADN y ARN celulares.

Abres los ojos; tu gato ronronea sobre tus piernas. Un dejo amargo en la boca te provoca náuseas, necesitas vomitar. Te levantas para ir al baño, mas al abrir la puerta caes en un vacío entre neblina. Partículas de humedad se fijan en tu rostro; es angustiante la sensación de ceguera, causada por una neblina grisácea que cada vez es más espesa. Un rostro con ojos humanos y un pico monstruosamente grande aparece de repente frente a ti. Sus alas enormes y desprovistas de plumas te envuelven. Cierras los ojos esperando lo peor.                                    

Los priones son proteínas que se producen de manera natural en el cerebro de los animales y de las personas. Normalmente, estas proteínas son inofensivas; sin embargo, cuando se deforman, pueden provocar enfermedades devastadoras como la enfermedad de Jakob-Creutzfeldt en los seres humanos. 

Estás tirada en el piso junto a la puerta. Te arrastras para subirte al colchón. Sientes los párpados pesados. Un súbito movimiento te obliga a abrir los ojos pese al dolor. El colchón flota bajo un cielo y un mar color sangre; miles de brazos surgen implorantes de las olas, atisbas rostros con gestos agónicos. Un sonido agudo, parecido a un lamento sostenido que aumenta decibeles hasta hacerse insoportable te obliga a cubrir tus oídos. La marea aumenta y el tamaño de las olas crece, a la par que tu miedo de caer en esas aguas. Se forma un remolino que te arrastra inevitablemente, en cuyo centro espera una gigantesca serpiente descarnada con las fauces abiertas.

Los síntomas de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob pueden ser parecidos a los de otros trastornos cerebrales similares a la demencia, pero esta enfermedad suele avanzar mucho más rápido.

Tu gato se afila las uñas en la colcha. Prendes la luz. El ardor de tus ojos y garganta es peor, mas no te atreves a salir de la habitación.

Se caracteriza por un rápido deterioro mental, que generalmente ocurría en unos meses. Los signos y los síntomas incluyen lo siguiente: cambios en la personalidad, pérdida de memoria, pensamiento alterado, visión borrosa o ceguera, insomnio, descoordinación, dificultad para hablar y, a medida que la enfermedad avanza, los síntomas mentales empeoran.

Una luminiscencia más allá de tus cortinas te atrae hacia la ventana. Corres la tela: detrás de cada cristal del edificio frente al tuyo, hay algo que a primera vista te parece ser gente, pero observando a detalle te percatas que no tienen ojos ni nariz, donde debieran estar tienen pequeñas bocas dentadas y la boca principal abarca de oreja a oreja dejando ver una doble hilera de dientes. Escuchas sus voces en tu mente, llamándote a ir con ellos. En la banqueta, los cientos de cuerpos que están a la espera del amanecer, y de los camiones recolectores que los llevarán a incinerar, te invitan a unírteles. Es una sugerencia incuestionable que aceptas alegremente dando un salto y con un grito que rasga la madrugada.                                                  
                                 
En un principio se creyó que era una variación de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, pero estudios posteriores demostraron que se trataba de un prión nunca antes conocido al que denominaron “prión de insomnio” (somnus sed vigila). Lo que lo ha hecho tan peligroso es su inestablidad genética y el ritmo tan acelerado de sus mutaciones, lo que impide el desarrollo de una cura efectiva y aumenta su mortalidad al evolucionar dentro del huésped, ocasionando la muerte en cuestión de horas. Desgraciadamente no se han podido realizar estudios en pacientes vivos.        



Azucena Azul, León Renegrido.

Metepec, Estado de México. Titiritera, cuentera y compulsiva escribiente que, narra historias distópicas envueltas entre las atmósferas del post punk y los compases del blues. Partícipe de diversas antologías, fanzines, revistas digitales y alguna otra publicación que ya no recuerda.

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